jueves, 26 de marzo de 2009

Estos días tengo mucho "lío" colocando la ropa de verano y guardando la de invierno, pero aquí estoy... haciendo un descansito.

Os voy a contar algo gracioso que me pasó ayer. Tenía delante de mi la foto de esa campaña anti aborto que han hecho los obispos y todo el clero, la del niño y la cría de lince (no en peligro de extinción... no el ibérico) y entra en la tienda un buen
amigo, muy simpático y muy ingenioso. Y le digo:

- Estos sinvergüenzas siempre manipulando todo.
- ¿Qué pasa?, me dice.
- Le enseño la foto y le digo ¡joer... es que no es normal que pongan a un niño, en tal caso tendrían que poner un feto de seis, diez semanas...
- Deberían poner la foto de un monaguillo, me contesta.
- ¿Un monaguillo?. ¿Y eso?, le pregunto.
- Porque es una especie protegida en peligro de extinción y por la pederastia.

La carcajada que solté yo creo que se oyó en Cabañas (Cabanas), que es un pueblo que está enfrente. ¡No me digáis que no fue ingenioso!.

Mis amigos me conocen por mis despistes, soy muy, muy despistada. Y una vez estoy llamando por teléfono, por el fijo, y entra este buen amigo... el del monaguillo, y me dice:


- ¿pero qué haces?, me pregunta.
- Llamando pero no me da línea. Yo tenía en mi mano izquierda el teléfono y con la derecha marcaba el número, pero no me daba línea. Sólo oía el piiiiiiiii que suena cuando descuelgas el teléfono y al marcar los números seguía oyendo el piiiiii. ¡Nada, que no hay forma... que no me da linea!. Y así cinco veces... marcando y colgando.
- Fíjate bien en lo que estás haciendo, me dice... muerto de risa.
- Estoy llamando pero no consigo que me marque el número, le contesto.
- Fíjate bien lo que estás haciendo, me repite... a carcajadas.
- Y me fijo, me fijo... El teléfono en la mano izquierda y con el derecho estaba marcando los números ¡en la calculadora!.
- Carcajada al canto...¡no era para menos!. Carcajada de los dos, por supuesto.
- Esto lo cuento yo por ahí (a otros amigos)
- Y lo contó... lo contó... tanto contó que a la hora se presenta otro amigo en la tienda y me pregunta ¿Pero qué te pasó con la calculadora?. Carcajada otra vez. Y así sucesivas veces... es que se lo contó a todos.

Pero bueno... gracias a éstos momentos una va tirando "p´alante". Me gusta reírme y me encanta estar rodeada de gente que me haga reír. Al final le voy a dar la razón a un buen escritor, no sé si era Borges, Saramago... que había sido un mujeriego y, cuando a los 75 años le pregunta un periodista: ¿Y qué queda de aquella etapa de mujeres, juergas...?. "De eso no queda nada... contesta. Ahora prefiero sentarme con unos buenos amigos y charlar, reír, y disfrutar con ellos". Toda la razón, si señor.

Bueno... no sé si os reiréis o no, pero yo sigo disfrutando con sólo recordarlo.

Un besiño enorme y con todo el sol del mundo y que ojalá no se vaya.

CHELIS

Sigo con mis BEATLES .