miércoles, 22 de julio de 2009



Esos son los barcos de mis viejos pescadores de Pontedeume.


LOLITA: En primer lugar un besote enorme y muchas gracias por venir hasta aquí. Agradezco que intentes salir de tu dolor haciendo un gran esfuerzo.

Pero noooo, no había bebido. Estaba hablando tranquilamente con mis amigos, de espalda a la puesta de sol y cuando me vuelvo y veo eso... salí escopetada a coger la cámara. Parecía "el cielo en llamas"... unas nubes tremendamente rojas, otras negras, estaba precioso. Y la ocasión requería una buena fotografía. Hice muchas... hasta que desapareció el sol. Pero no había bebido. Tengo un mal recuerdo de una "borrachera" sin ni siquiera haber probado el alcohol?. ¿cómo?... preguntarás, pues te lo voy a explicar. Cuando tenía 15 años (caramba... parece que todo me pasó cuando tenía quince años, quizá fuesen 17) mi hermana y sus amigos celebraron una "queimada" en la playa (era verano) y mi hermana que me lleva cinco años me invitó (cosa rara... nunca me llevaba a ningún sitio). En realidad creo que me invitó porque algún amigo le había dicho que me llevase. Recuerdo que hacía frío, era como la una de la madrugada, y me presenté "voluntaria" para remover la "queimada" (es orujo con azúcar, unos granos de café y unas rodajas de limón, se le prende fuego y hay que remover hasta que se vaya agotando el alcohol. Al fin y al cabo el orujo es casi alcohol puro, exagerando un poco). Yo era tan delgadita y tenía tanto frío que me presenté voluntaria para "remover". Estaba en una olla grande y dale que te pego... removiendo con un cucharón grande, el calorcillo me daba en la cara y los vapores también... eso fue lo malo. El caso es que cuando terminaron de bebérsela (prometo que sólo probé un traguito y no me gustó... estaba demasiado fuerte) nos levantamos ya para irnos y ¡madre mía!... ¡que no me aguantaba de pie!. Los "vapores" hicieron el mismo efecto que si me hubiese bebido dos litros de queimada. Todavía lo recuerdo ahora. Pero se rieron conmigo un montón, mira que han pasado años y todavía me lo recuerdan. Yo... que era tímida, creo que estaba de lo más "charlatana" y simpática. El problema era llegar a mi casa y presentarme así ante mi padre. Creo (y digo creo porque yo no recuerdo nada de eso) que me decían (eran veinte y pico personas): "cuando veas a tu padre no le hables nada, te vas directa para cama" y luego me preguntaban: ¿Qué es lo que tienes que hacer cuando veas a tu padre? y yo les contestaba: "Papá...no quieren que te hable, quieren que me vaya para cama", con esa voz típica de los "borrachines". Y vuelta a empezar otra vez con los consejos. Menos mal que al llegar a casa mi padre estaba dormido, o se hizo el dormido, no lo sé. Pero al día siguiente menudo "pitorreo" se organizó. Todo el mundo se metía conmigo, bueno... todo el mundo que fue a esa queimada. Es cierto, no me invento nada, pero te lo cuento para "arrancarte" una sonrisa.

Monteprincipe es una urbanización que está como a ocho o diez kilómetros de Madrid. Cuando no hay tráfico me pongo en la Puerta del Sol en diez minutos, cuando hay tráfico la cosa cambia. Pero es una urbanización preciosa.

No me quiero alargar demasiado, no quiero convertir ésto en un "rollo".

Un besiño enorme, reina, y un besiño enorme para todos.

CHELIS