martes, 28 de julio de 2009




Esto es lo que he comido hoy... ese plato de pulpo, y al terminar me bajé a la calita de Almieiras, pero confieso que no me he bañado ¡está el agua fría!.

No estoy con mucho humor éstos días... sé que no estoy en condiciones de animar a nadie. Pero Lolita es Lolita... le tengo mucho cariño e intentaré "sacar" el sentido del humor que me queda con el único fin de conseguir que sonría.

Te voy a contar una historia que me pasó en el año 1.979 (parezco el abuelo "cebolleta"... al final escaparán todos de aquí de aburrimiento). Acompañaba a mi marido en el barco. Después de estar en varios puertos de El Caribe, cruzamos el Canal de Panamá y subimos hacia la bahía de Fonseca. Uno de los puertos que teníamos que visitar era Corinto (en Nicaragua). Acababan de ganar las elecciones los sandinistas (yo encantada de que se librasen del dictador Somoza)y el Gobierno español, presidido por Adolfo Suarez, les enviaba de regalo unos autobuses rojos y traíamos también en el barco el regalo del gobierno italiano: no sé cuántas toneladas de arroz. Al llegar al puerto nos estaban esperando varias personalidades: Violeta Chamorro, creo recordar que entonces era la Vicepresidenta del Gobierno Sandinista, el Ministro de Transportes, el Embajador de España en Nicaragua (Aristides, que luego se murió en Beirut, estando de Embajador, a consecuencia de una bomba que explotó en su casa), el Embajador italiano y unas cuántas personalidades más. En el barco, el cocinero había preparado una comida especial para invitar a toda ésta gente. Bueno... pero voy a lo mío que sino me "enrollo" demasiado.

El caso es que después de la fiesta salimos unos cuantos del barco a conocer el pueblo. Al salir del puerto, a la izquierda, había un bar de "alterne" y unos cuántos tripulantes se quedaron allí. Mi marido y yo seguimos paseando y, como hacía calor, entramos en un bar a tomar un refresco. Nos sentamos al lado de la ventana, que daba a un patio interior lleno de árboles y de plantas enormes. Cuando estábamos bebiendo empezamos a oír:

Saaaannta...
saaanta maríííaaaa
Maaadre deeee dioooos
rueeeegaaa porr noooosoootros
por nosootros peeecadoooores... etc. etc.

Yo me empecé a reír... os prometo que la voz era cómica. Me reía y al mismo tiempo miraba al patio interior buscando al "cantante", pero no veía a nadie. El dueño que se "percató" de mi búsqueda, se acercó y me preguntó: ¿Busca algo?. Sí... al cantante, le contesté muerta de risa. Y me dijo: ¿Ve aquel árbol?. Sí, le contesté. ¿Y no ve nada más?. Pues nooo. ¡Venga conmigo!. Me señaló la puerta de acceso al patio, me levanté y lo acompañé. Entramos en el patio y me señala el árbol ¿lo ve ahora?. ¡Ostraaassss... es un loro!. La carcajada fue tremenda. Se sabía el "tío" todas las canciones de la catequesis. Según nos explicó el dueño, los domingos por la mañana se celebraba allí la catequesis y allí iban todos los niños a cantar y a rezar y se sabía de memoria todas las canciones. Lo que me reí... Cuando mi ahijada tenía tres años se me ocurrió contárselo, pues desde entonces, que ya han pasado siete años, ahora ya tiene diez, cada vez que viene alguien de su familia, o una amiga nueva, o lo que sea, lo primero que me dice: "madrina, cuéntales lo del loro". Así que lo he debido de contar como unas 1000 veces. Claro... no es lo mismo contarlo aquí, que no es tan gracioso, que contarlo en persona. Seguro que imito muy bien al loro porque todo el mundo se ríe.

A la vuelta, al pasar frente al bar de alterne, sale el tercer oficial de puente y me dice: Oye Chelis... que entres, que quieren conocerte. ¿A mi?. Sííí, es que dicen que nunca han visto a una española. Miro a mi marido y le pregunto ¿vamos?. Como tú quieras, me contesta. Y allí fuimos... a "alternar"... a alternar las conversaciones con unas y con otras.

Lolita... ya que no te reíste con la "marmita" del druida Panoramix (léase queimada), espero que hoy si haya sido capaz de arrancarte una sonrisa. Y si no es así... juro que lo volveré a intentar.

Un besiño, reina, y un besiño para todos.

CHELIS

Hoy, un día después, tengo que corregir un error: El que estaba de Embajador de España en Nicaragua se llamaba Pedro Manuel de Arístegui, y no Arístides, como escribí yo ayer. Cuando llegué a casa me "percaté" del error. Lo siento... pido perdón.

CHELIS