viernes, 14 de agosto de 2009



Esta película, Cotton Club, me metió de lleno en el mundo del jazz. Del argumento de la película ni me enteré (quiero decir la primera vez que la vi), lo que me impactó fue la música. Me enamoré de esa música, así... a secas.

La primera canción que suena es The Mooche. Me gustan todas las versiones pero especialmente la de Louis Armstrong, el problema es que no la encontré en youtube y me tengo que conformar con ésta que también es muy buena.

Hoy en la playa, con mi Mp3 la escuché un montón de veces: para atrás, para delante, para atrás otra vez... muchas veces y se me ocurrió que al llegar a la tienda la pondría en el blog. Y aquí está.

Si alguna vez alguien me diese la oportunidad de vivir otra vida y si aún encima me concediesen el privilegio de escoger una profesión, estoy convencida de que sería músico. Sería trompetista, aunque me resulta dificilísimo aprender a tocar, o sería pianista que creo que es más fácil. Pero sería feliz tocando la trompeta. Hoy aquí... mañana allí... viajando continuamente y conociendo todos los países. Actuando en cualquier sitio y con lo imprescindible para poder vivir ¿para qué queremos más?. esa gente tiene que ser feliz por narices.

Y ya no digo nada si mi proyecto de la banda de Jazz se hiciese realidad.

Escuchar esta canción con calma... fijaros en el sonido de la trompeta desde el segundo 56 hasta el 1:20. Es como un lamento. Me parece preciosa ¿y a vosotros?. Bueno... no sé para qué pregunto si total no me vais a contestar. Pero se me ponen los pelos de punta con el sonido de esa trompeta.

Un besiño a todos.

CHELIS

Y la segunda canción es Creole Love Call ¡preciosa!