lunes, 9 de noviembre de 2009

LA PAPILLA

Os propongo una cosa: Como somos poquitos aquí podíamos hacer una cosa, más que nada pensando en hacernos la vida un poco más agradable. Es que a veces lees un periódico, ves un telediario, o te enteras de alguna noticia y ¡madre mía!, todas son desgracias, penas, violaciones, asesinatos, etc. Antes había un periódico que se ocupaba de todo eso y los demás se ocupaban de las noticias "normales", pero es que ahora viendo el telediario, que me coincide justo a la hora de comer, no es la primera vez que me dan ganas de coger el plato e irme para la cocina. Así que desde ahora, y si os parece bien, vamos a dedicar esta ventanita a hacernos la vida un poco más agradable. Nos encerraremos en nuestra burbuja e intentaremos reírnos un poco, que es muy sano. Nos contaremos "batallitas" que nos han pasado y lucharemos así contra las crisis personales y las "globales" ¿Qué os parece?.

Me toca empezar y comenzaré por una historia que ahora me resulta francamente simpática pero que pudo tener unas consecuencias muy, muy desagradables. Mucho más que eso.

Cuando tenía seis años los Reyes Magos me trajeron, entre otras cosas, una batidora. No os creáis que me hizo mucha ilusión, yo pedía otra cosa pero por lo visto los Reyes no la encontraron y me "encasquetaron" la batidora. Y no había forma de protestar: eran hechos consumados. Así que me aguanté con ella sin hacerle mucho caso al principio. Cuando me cansé de jugar con todo lo demás me acordé de la batidora y empecé a hacer mis papillas. Es curioso cómo a veces las situaciones se te quedan totalmente grabadas y para toda la vida.

El caso es que un día de verano, estando en Pontedeume y en casa de mis tías, se me ocurrió coger la batidora y hacer una papilla. No había nadie en la cocina y abrí la "alacena" (eran aquellos armarios grandes y empotrados que había en la cocina, dónde se guardaban las ollas, las sartenes, el azúcar, la harina, etc. etc. toda la comida. Cogí el azucarero, eché azúcar en el vaso de la batidora y busqué harina... acordaros que antes todo venía en unos cartuchos de papel de estraza (creo que se llama así). Abrí uno, creí que era harina, y eché también en el vaso de la batidora, le añadí agua y empecé a batir. Cuando ya estaba la papilla bien batidita la probé, pero no me gustó y eché más azúcar, pero tampoco me gustó. Me bajé a la calle con la batidora y estaban mis hermanos, los pequeños, que son gemelos, jugando en el portal. Eran muy chiquitines... yo les llevo cinco años, me imagino que tendrían un año y medio, como mucho dos. Les pregunté si querían papilla y me contestaron que sí. Recuerdo la escena, no se me olvidará nunca: ellos sentados en el escalón de entrada y yo dándoles la papilla que, por cierto, les gustó mucho. Tanto... que se la comieron toda. Después subí la batidora a la cocina y me fui al jardín a jugar. No sé durante cuanto tiempo estaría jugando pero si recuerdo que me vino a buscar mi hermano (yo le llevo 14 meses), que por cierto está malito, y me dijo: "que te vayas para casa que te van a dar una buena!... Inmediatamente me fui para casa pensando ¿qué habré hecho ahora?. Llegué a casa y en el primer piso no había nadie, en el segundo estaba una de mis tías calentando agua y en el tercero se oían muchas voces. Quise subir pero mi tía, mirándome con mala cara, me dijo: será mejor que te quedes aquí y no subas. Ella subía con el agua, luego bajaba otra a calentar más, mi madre bajaba y me miraba con cara de bicho raro, subían... bajaban... y nadie me decía nada, sólo me miraban con muy mala cara. Y en una de estas baja mi padre desencajado y al verme... ¡madre mía!, me "batió" más que yo a la papilla, me dio bofetadas en todos los lados, contra la pared... lo que se llama una "paliza", pero de las gordas. A ver... yo tenía siete años y no tenía ni idea de por qué me estaba pegando, aparte de que nunca me había pegado. Cuando una de mis tías baja y ve la escena, se puso en el medio y consiguió que ya no me pegase más, pero me preguntó muy enfadado: ¿dónde está la batidora? y yo llorando le contesté: en la cocina. La cogió, la pisó, la destrozó y mirándome me dijo: "Mira lo que hago con la batidora" y yo recuerdo que llorando le contestaba: "pues yo no se la había pedido a los Reyes". Estaba claro que la batidora y yo éramos las culpables de todo lo que estaba pasando, que todavía no sabía lo qué era. Al cabo de un rato baja el médico, que estaba arriba, y me voy enterando de lo qué ha pasado: mis hermanos se empezaron a encontrar mal, empezaron a vomitar, llamaron al médico inmediatamente, el médico vino y preguntó qué habían comido, ellos le dijeron que una papilla que les había dado yo, etc. etc. Hasta que por fin me preguntan a mi con qué había hecho la papilla, yo les contesté que con agua, azúcar y harina. Y el médico me pregunta: ¿Y dónde está la harina?, se lo enseño y dice: "pero ésto no es harina". Y una de mis tías dice: "ese cartucho lo dejé yo ahí, pero no es harina". ¿Y qué es?, le pregunta el médico. Pues es veneno para matar escarabajos de la patata, que me lo encargaron los que trabajan en el campo". ¿Pero y cómo dejó usted esto aquí, al lado de la comida?, le pregunta el médico. A partir de aquí todas las "broncas" fueron para mi tía y a mi me dejaron tranquila, con "moratones"... pero tranquila. Durante unos cuantos días cuando veía a mi padre por un lado, yo me escapaba por el otro ¡no vaya a ser!... Bueno... a mis hermanos les tuvieron que hacer un "lavado de estómago" hasta conseguir que vomitasen todo la papilla que se habían comido.

Sólo de mayor, con el paso de los años, comprendí la postura de mi padre. La verdad es que estaba desquiciado pensando que a sus hijos les podía pasar algo tremendamente malo.

Y yo lo comprendí cuando veía jugar a mi hija con uno o dos añitos y pensaba: Caramba... yo también me hubiese vuelto loca si alguien le hace daño a mi hija.

Muchas veces mi padre me ha recordado todo esto e incluso, a su manera, me ha pedido perdón. ¿Cómo no voy a perdonarlo?.

Lo cuento como algo gracioso, como una "trastada" de una niña de siete añitos que en realidad no tuvo ninguna culpa del despiste gordo de una de mis tías. Y lo cuento porque tanto mis padres como mis tías me enseñaron a ver la parte "simpática" de la situación. Y me alegro enormemente de que todo haya quedado reducido a una situación angustiosa que duró tres o cuatro horas, no creo que fuesen más.

Venga... ahora os toca a vosotras. Y LOLITA, no me llames pesada, pero falta lo del loro. Cuando tengas ánimos quiero que nos lo cuentes, por favor.

Un besiño a tod@s.

CHELIS

18 comentarios:

Elba dijo...

Chelis , y yo que quiero comer de tu pulpo...con estos antecedentes....Pobrecitos tus hermanos , pero me has hecho reir muchisimo...y ya algo se me va a ocurrir...besos Elba

Elba dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elba dijo...

El anterior lo suprimi porque la muy Magoo , lo cliqueó dos veces...Pero queria saber que es el edificio de la cabecera , que me parece muy hermoso...besitos Elba

chelistamara dijo...

ELBA: Te prometo que el pulpo te lo puedes comer con toda la tranquilidad, nunca he vuelto a hacer una trastada parecida.

Me has hecho reír, de verdad.

El edificio de la cabecera yo creo que debe de ser o fue una cafetería o un bar (siempre que he pasado por allí estaba cerrado). Está en Madrid, en una calle que parte de la Plaza de Santa Ana, justo en una esquina y me pareció precioso ¿verdad?.

Recuerdo que recién casada mi marido me comentó que le gustaba mucho el bacalao a la romana. Ni corta ni perezosa me fui al mercado y compré bacalao, lo pasé por harina y huevo y lo freí. Y cuando se lo comió como que no le gustó mucho y que estaba muy salado, me dijo. Cuando fui a visitar a mi madre le preguté cómo se hacía y me dijo: después de desalarlo durante dos días... ¿cómo, es que hay que desalarlo?. Claro, me contestó. Fui tan bruta que tal como lo compré lo freí y no desalé nada. Eso y algunas cosas parecidas fue lo que hice, pero no se parece para nada a la papilla.

Besiños... que me he reído mucho contigo. ¿Mañana te dicen cuando te operan de cataratas, no?. Que todo sea rápidito. Un besiño enorme.

CHELIS

Elba dijo...

Chelis , lo único que puedo decir es ¡pobre ese hombre ! y aun sigue alli , quiere decir que te ama...Y si , mañana voy a buscar el turno para el cirujano , luego te cuento...besitos...y a mi tambien me gusta mucho el bacalao...Elba

Lolita dijo...

De recién casada, se hacen tantos desastres, una de mis amigas,puso a hervir los fideos, esos, tipo tallarín, en agua fría,
cuando consideró q estaban cocidos,
sólo encontró un líquido q parecía engrudo, si esa cosa q preparábamos cuando uníamos, agua con harina, en fin q terminaron comiendo tarde pero no fideos, arroz. Y yo? Teníamos x primera vez invitados a comer y preparé un arroz con berberechos, mejillones y camarones, bien preparadito con un buen azafrán en hebras q me habían traido de España, como siempre, le había puesto un pimiento pero no me dí cuenta q era muy picante, todos educadamente, comieron pero nadie repitió, yo estaba haciendo dieta, así q mi comida era, 100grs de carne asada y medio tomate. Del picante, ni noticia hasta q se fueron y mi marido, preguntó xq estaba tan picante la comida? Estaba rico pero quemaba la boca.
Ese arroz fue motivo de todo tipo de bromas durante varios años. Ya ves, la falta de experiencia, da motivo para reirnos pero cuando el tiempo pasa xq en el momento, la sensación de vergüenza es muy grande.
He visitado el blog de Baterflai y me he encontrado q no escribe desde septiembre. Tienes alguna noticia? Me quería comunicar con ella para pedirle consejo por lo del curso de fotografía. Tal vez se ha ido de viaje, si sabés algo me contás.
Prometo, para la próxima contar lo del loro, es q es muy laargo y además tengo algunos días q se me hacen un poco difíciles,lo extraño. Parece q cada día más.
Hoy fui por la mañana, al Consulado Español para obtener la ciudadanía de mis padres, uno de nuestros nietos, quiere estudiar en Europa y se simplifican muchos trámites con el pasaporte europeo. Y por los nietos hay q hacerlo. Tardo en escribir pero cuando empiezo me convierto en latosa, soy una pesada. Un ABRAZO GRANDOTE. Lolita.

Elba dijo...

Lolita , nunca sos latosa , siempre es interesante lo que contás . Y Chelis , ayer me pediste que te contara algo que te hiciera reir... y recordé una anecdota de mi mamá con la comida...Resulta que mi hermana y yo teniamos unos terribles sabañones , no se si por alli les llaman igual , era el eritema que se producia por intenso frio ...A mamá le habian dicho que preparara una sustancia con aceite , vinagre , alcohol fino y aji molido...con este brebaje nos haciamos aplicaciones y realmente calmaban el picor...Una tarde nos fuimos las tres al cine...a la noche venian los primos de papá y entre los tres prepararian un pollo al horno...Volvimos de nuestro paseo , ya la comida estaba lista...comimos , riquisimo todo...y al final , mamá preguntó con que lo habian adobado tan bien...y uno de éllos respondió.." con ese condimento que tenés en el armario "....desde entonces somos los únicos sobrevivientes de lo que en mas se denominó " exquisito pollo al sabañón "....espero que te rias tanto cómo lo hacemos nosotros cada vez que lo recordamos...plato inolvidable y por supuesto de única presentación...nadie jamás lo hizo...besitos para las dos...las quiero Elba

chelistamara dijo...

Ja ja ja, pues me apunto a eso de "pollo al sabañón", la próxima vez lo haré así. Es curioso... ahora ya no hay sabañones ¿verdad?. Yo recuerdo de pequeña que tenía una compañera que tenía las manos deshechas de tanto sabañón, pero en carne viva, creo que le picaban muchísimo.

Gracias, Elba, por hacerme reír que lo necesito....

Lolita, ahora por un correo te mando el de baterflai. Está muy ocupada, no recuerdo bien si me dijo dando clases de informática para adultos o aprendiendo a darlas, y hasta las vacaciones no tendrá tiempo de atender su blog, pero que le escribas y le preguntes lo que sea.

Oye... pues ese arroz tenía que estar buenísimo, a mi me gusta mucho la comida picante, lástima no poder darle un "bocado".

Estos días estoy muy "mustia", necesito que alguien me anime. Ayer, hablando por messenger con Elba, le pedí que me contase algo gracioso y así lo hizo y ¡me reí!, que conste. Ahora esperaré a ver si Lolita nos cuenta lo del loro, que tengo muchas gnas de saber lo qué pasó.

Un besiño enorme para las dos y a ver si mejoro de esta "situación transitoria", eso espero...

Que os quiero... que lo sepáis. Unos besos de osa enormes, como decís vosotros. Mua. Mua.

CHELIS

Inma dijo...

Un abrazo Chelis, pespero que estes bien.

Lolita dijo...

Y ahí va lo del loro, su nombre era PAQUITO.
Un día, salimos de casa,con mi marido y nuestra hija, mi hijo de 25 años, estaba en su cama durmiendo, se había acostado de madrugada. Cuando tocan el timbre, mi hijo lo oye pero en ningún momento se le ocurre atender, vuelven a tocar el timbre y el loro dice,-quién es?-, del otro lado de la puerta contestan,-soy yo, el vecino del sexto piso-, el loro dice,-Pase-, silencio por lo tanto, el vecino, luego de una prudente espera, vuelve a tocar el timbre, otra vez el loro, pregunta,-quién es?-, el vecino repite y el loro vuelve a decir,-Pase-. El vecino dice,-usted dice q pase y no me abre la puerta, vengo a pedirle si me permite pasar para hablar con la telefónica y pedir que arreglen el teléfono porque estoy incomunicado-, tocó nuevamente el timbre, se repitió todo otra vez hasta q el buen hombre desistió.
Mi hijo nos contó lo q había sucedido,yo no podía ir a hablar con el señor xq mi hijo se había comportado mal. Así q después de un tiempo, busqué la forma de hacerle saber al señor que quien le contestaba el timbre era el dichoso Paquito. Pero esa no fue la única vez. Mi padre fue a mi casa y le sucedió lo mismo por la noche, me llamó para preguntarme porque no le había abierto la puerta, luego de q él había escuchado mi voz, diciéndole que pasara. Sucede q los loros copìan el tono de voz de quien les enseña a hablar cuando, le dije a mi padre q el q había contestado había sido el tal Paquito, nos echamos a reir y aquí no paso nada. Pero mi vecino, mientras no supo la explicación, me saludaba con una frialdad tremenda. Y esta, es la anécdota de un loro a quien quise mucho pues era muy simpático y como ves muy divertido, claro q ignoraré la cantidad de veces q quedándose solo lo habrá hecho.
Un ABRAZOTE muy pero muy grande de tu amiga/hermana. Lolita.

chelistamara dijo...

Un abrazo enorme, Muxica, me imagino que te habrás enterado pero no sé cómo. Pero un abraciño muy, muy fuerte. Besiños. CHELIS

chelistamara dijo...

Muxica: no sé qué ha pasado que te escribí pero no se publicó nada. No sé cómo te habrás enterado pero agradezco ese abrazo. Besiños enormes.

CHELIS

chelistamara dijo...

LOLITA: Por fin nos has contado lo del loro ¡¡¡buenísimo!!!, me has hecho reír.

Oye... una amiga de mis tías tenía un loro y ponía la jaula en la ventana. Y la hija de esta señora jugaba justo enfrente de su casa y oía """AAAAANAAA, A COMEEERRRR", y la pobre subía corriendo. Cuando llegaba a casa resulta que su madre no la había llamado, hasta que descubrieron que había sido el loro. Pero lo descubrieron a la tercera o cuarta vez. Y de esto hace ya muchos, muchos años.

Bueno... mañana escribiré en el blog y contaré un poco lo qué ha pasado. Estos días no tenía muchos ánimos. Lo comprendéis ¿verdad?.

Un besiño enorme, Lolita y un besiño enorme para Elba y Muxica y si hay alguien más por ahí... también, un besiño para todos.

CHELIS

Inma dijo...

No me he enterado de nada Chelis, sólo te eché de falta.
¿Pasó algo?
He perdido tu teléfono, cambié el pc y perdí en donde lo tenia guardado.
Si me lo mandas te llamo.
Besiños

Inma dijo...

Chelis: he ido a buscar noticias en el blog "premio Maria Amelia" y...ahora he comprendido.
No tengo palabras de consuelo, no sé que decirte, así que te dejo un fuerte abrazo.
Ya hablaremos.

Lolita dijo...

Pues, como es de imaginar hay más del dichoso Paquito.
Durante la DICTADURA del 76 al 83, vivía en la vereda de enfrente y a la misma altura de nuestro piso, un general q ocupaba un cargo muy importante, en dicho gobierno de facto, el tal gral. tenía una custodia de por lo menos 6 hombres q eran fácilmente identificables, en lo q se refiere a cual tipo de "trabajo" hacían. Había más pero a esos los distinguían los porteros de la vecindad. Una mañana, estando el loro en el balcón, empieza a sonar una banda militar en la esquina de nuestro edificio y Paquito, comienza a gritar: ARGENTINA, ARGENTINA. La mujer del gral. salió a su balcón y nosotros q nos habíamos asomado para ver q sucedía en la calle y xq el loro gritaba eso, recibimos una mirada, torva y amenazante, me apoyo en la baranda, tratando de ver q pasaba y uno de los custodios me hizo un gesto para q hiciera callar al loro, cosa imposible, así q lo metimos en la cocina y así, sólo nosotros oía al tal Paquito, en su grito patriótico. En esa época, algunas personas gritaban el nombre de nuestro país para demostrar algún descontento pero eran rápidamente dispersados y ainda mais dirían en el pueblo de mis padres por mucho menos, hubo gente desaparecida. Paquito había aprendido a gritar Argentina, la noche del año 78 cuando el triunfo del Mundial de futbol. Te ha gustado? Hay más pero las dejo para otro día. Espero q Paquito y sus diabluras hayan logrado hacerte sonreir.
TE QUIERO UN MONTONAZO, siénteme a tu lado, ahí estoy. BESOS.

chelistamara dijo...

UN BESIÑO ENORME, LOLITA, MAÑANA PROMETO QUE ESCRIBO ALGO EN EL BLOG, POR LO MENOS EXPLICANDO LO QUÉ PASÓ. Y UN BESIÑO MUXICA con un fuerte abrazo.

Besos a todos.

CHELIS

Inma dijo...

Te recuerdo mucho, chelis.
Te dejo un abrazo grande....
Inma